miércoles, diciembre 22, 2010

Ojos cerrados

Este juego infame en el que estoy inmerso
que me hunde, quema, corta, pega y sopla
y alista a batallones de defensa personal,
no lo necesito. No lo necesito.
Y no se que espera de mí, que espero de mí;
y falso sería afirmar que sé quién soy
porque sé quién soy, pero no lo soy.

Y este nombre que describo, no describo
más que por temor a describirlo.

Y este nombre que me nombra
lo conozco y lo conozco bien,
más no sé si creerle aún.

Y si dudo todo y no confirmo nada
no lo sé o tal vez sí y no lo acepto.

Y si no pasa nada y exagero todo,
de eso estoy seguro.

Un día sol, al otro marte.

Urano, Titán y Mercurio.

No hay estrellas fugaces,
la noche es oscura y no contiene nada.
Y es terrible, ya no es noche
y sigue igual.

Mejor abro los ojos...
Todo está muy bello acá en mi cama.

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