martes, enero 28, 2014

Salimos con estilo

Juguemos un rato a saludarnos,
estamos re-lejos,
pero da lo mismo,
nos conocemos bien,
sabemos lo que hacemos
mientras tanto.

Extrañar es un verbo difícil
cuando se vive
más que cuando se conjuga
o cuando se supone,

igual sabemos que soy pésimo
estimando cosas,
así que debe ser culpa mía.

Somos más reales
que todo lo que vemos,
a veces los clichés nos atacan,
pero salimos con estilo.

Amar es una estimación irregular,
si es que es vacía y nada más que sólo 'amar'.

Admiración.
Admirarte.
Animarnos.

Cami-la-ave

Camila es una niña que vuela,
es libre, es más que un gorrión
o un zorzal, o una golondrina
o el pájaro que aparece y desaparece en el jardín
en días al azar.

Vuela, a veces tambaleante.
Sí. Vuela, no corre,
cae libre
como de repente,
pero cae con estilo
y en lugares correctos.

Vuela y no es presa del viento,
sabe que en algún momento
puede ser un pingüino,
y eso no está mal.

Al día siguiente

El mar atropella, la luz
que te espera al día siguiente,
la muerte perfecta,
se evapora la hazaña,
la espuma rejuvenece
hasta el más tierno deseo,
la juventud implora
ser comida al otro día,
como nunca,
cuando era renegada,
la flojera mal pensada,
todo eso,
tal vez un poco menos,
el mar lo atropella.

La luz que te espera al día siguiente
no te encuentra,
se va a nuevos lares,
remotos,
pasados,
prensados.

Riquelme

Trenes pasan a cada rato,
son más de las 12,
estamos ebrios;
las escaleras exclaman
con justa razón clemencia,
nuestros pasos son martillos
que caen libres, sin control,
asesinos de ideas.

Pobres hormigas.

Pobres arañas.

Trenes pasan toda la noche,
son casi las 2,
ya están a punto de abrir;
la botillería cerrada,
la clemencia sudada en alguna esquina
pasada a sexo
(antes estaba pasada a orina),
la dignidad que se evalúa
recién al otro día,
o al siguiente, o al siguiente.

Pobres viejitas.

Pobres evangelizadores.

Ya son las 6
y por aquí no pasan trenes,
hace 30 años quizás,
para qué hablar de la dictadura
si siempre hay un viejo culiao o una vieja culiá
que llora.

Esta es una calle rara,
ya no sé si estamos sin ropa
por el alcohol o porque nos asaltaron.

Los laureles

Dormí entre laureles
casi 10 segundos seguidos.

Tenía sueño,
no habían pacos.

viernes, enero 03, 2014

nosésidebanesperaralgodemí

Probablemente no esperen nada de mí,
no sé si debieran esperar algo de mí.

No sé si deba escribir de mí.

Le pongo un precio a mi final,
no es alto,
pero es provisorio,
pero es de hace tiempo.

La playa de moda
está a la misma distancia
que la isla lejana
donde queda poca comida
y un silencio cada vez más incómodo
y me da pánico nadar
y estar al medio
pero estoy al medio.

Muchas cosas me dan pánico,
como terminar las