martes, diciembre 29, 2015

Casandra

Siento mucho tener que darme la razón
en este momento.




Ahora bien,
no puedo culpar a nadie.

Fue tarde más que temprano,
pero de todas maneras
pareció ser una profecía autocumplida.




Siento mucho tener que darme la razón
porque en realidad no lo quería,

tener la razón
es como tener
el Síndrome de Casandra.

No.
No quería tener la razón.
Dame una con esta.


Porque no puedo empatizar conmigo mismo.
Siquiera me doy espacio para llorar,

o el llorar no quiere humillarse conmigo.

Puede que sea vergonzoso para el verbo
venir a parar acá.