martes, febrero 25, 2014

Casi todo

Precisamente a eso me quiero referir,
porque antes no me atacaba tanto,
porque sí,
porque todo lo anterior no los atacaba tanto.

A eso,
lo que renegaron un par de veces
y las luces que se apagaron
casi sin haberse usado.

A esa falta de paciencia,
a ese muñeco tirado,
a las flores secas,
a los perros con hambre.

Precisamente a eso,
a que les faltó apostarle
un poco más a la muerte,
a que no hay muchos precios razonables,
que la histeria a veces vuelve
y que no hay más cuentos
que contarle a los niños.

A que no hay niños,
a que ya no se ríen de nada,
que ya no ayudan,
que ya se divorciaron.

A la división de generaciones,
a la falta de memoria,
al abuso del perdón,
al activismo pasivo.

Precisamente a eso.

a un accidente

Una alfombra larga,
sin glamour,
unos gritos guturales,
algunas estrellas
que ya no iluminan nada...
es un paseo por el techo
de su casa, ahora.

Huele a un cuadro de sexo reciente,
a un accidente,
a un desenfreno casi religioso,
con sentido,
bien escrito.

Esos ataques predecibles,
de esos que todos niegan,
pero lo piensan.