miércoles, mayo 23, 2018

Incómodo

Trato de explicar mi incomodidad, desde la incomodidad
de escribir en este momento.
La incomodidad de existir y de pensar al respecto.
Exaltación, claro está,
de un estado inconcluso, multifactorial.

Quiero explicarte cómo puedo hervir internamente
con alguien cerca
con alguien que no sea un puñado de personas
personas que saben
personas que agradezco.

Hay gente cerca, estoy hirviendo
pero tengo frío
no suelo tener frío
pero estoy solo
me siento solo y me empujé a estarlo
a sentirlo.

Me gusta la soledad,
pero se descontroló,
estoy hirviendo
tengo frío.

Solía no hervir,
solía no tener frío.
Estoy hirviendo,
tengo frío.

No sé cuántas personas he ignorado,
que sé que no debería
pero he ignorado
y me lo harán sentir
y no sabré explicar
y herviré en honor
a una nostalgia que estaré forzado
a visitar.

La nostalgia que suelo visitar
es complicada.
Es complicada esa nostalgia
que suelo visitar,
tiene nombre gran parte de las veces
y otras es un escenario
que se ha vuelto incómodo con el tiempo.

No sé si es una apología a mi incomodidad.
No sé si es un epítome de mi incomodidad.
Pero deseo que se acabe,
escribo para eso.

¿Sabes hace cuánto no escribía?
No me acuerdo realmente,
pero duele.

Duele y no quiero causarte miedo
pero tengo miedo,
tengo mucho miedo.

De vez en cuando viene y paf,
se evapora todo, entro
a un espacio vacío,
hermético.

Quiero desaparecer un rato.
Quiero desaparecer harto rato en verdad.
Estoy esperando desaparecer.

No puedo en verdad.
No puedo.
No.
En verdad no puedo.

Mírame

No, por favor no me mires
que no me mire nadie.
Déjame morir,
déjame dejar de existir y volver a abrazarte
decirte que estoy mejor

que en verdad estoy mejor,
quizás lo estoy ahora mismo,
quizás me morí y volví rápidamente
a ser una persona relativamente similar
que tendrá que pasar por esto
otro puñado de veces

En esta misma semana.

No me estoy yendo, estoy en el mismo lugar desde hace un par de horas
imperturbable a ojos ajenos.