Capital

Montañas en claro te rodean,
como evidenciando tu fragilidad
y tu esqueleto artificial,
tus pulmones ya no limpian nada,
pero tu adrenalina pareciera
seguir más arriba incluso que antes.

No está en sus años dorados,
ya nada es grosso.

Quizás en los tiempos grossos
tampoco lo era,
pero era la magia
de poner en evidencia una palabra.

De noches se contempla
y emociona,
ya no es lo de antes,
pero siempre las luces
encandilan los recuerdos.

vengo a ser

Parpadeante luz,
ahora no va al ritmo,
igual que nosotros.

Quizás no hay ritmo aparente.

Quizás no hay luz parpadeante.

Quizás es un corto circuito.

Al menos interiormente me revuelve
un bombo, claro y penetrante,
como advirtiendo
un cambio de canción.

relator

placer esquivo
en historias por contar,
producto de probabilidades bajas,
de un interés oculto tras
unas pasiones de raíz.

no quiero que lo analicen
por su desarrollo psicosexual,
eso ya pasó de moda.

de piedra

Lleno de llanto
explotó por momentos,
y su río no llega el mar
ni riega nada.

En su tierra infértil
se llenó de asfalto
como no queriendo ensuciarse,
ahorrarse los problemas
cotidianos de ensuciarse la ropa.

Olvidó las cañerías,
olvidó limpiar todo
y se inundó.

y murió víctima de su propio lamento.

Su final feliz radica
en que finalmente
pudo llorar,
pero nada más.