¡Dios salve a la Tierra!
y a todos sus hijos bastardos
destructores de ella misma,
aunque previo impuesto.
Y aunque inconscientemente
ardamos inclementes
no nos basta,
ya hemos asesinado suficiente.
¡Ven y lleva a todos
y cada uno de los reos
de esta cárcel masoquista!
Y cuando nos veamos
en los pisos superiores
embriagados brindaremos
por perdones irrisorios.
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