jueves, agosto 18, 2011

Alud de sociedad

Muerto en silencio sal de aquí, así,
hay calles que nos van cerrando
sueños y en barricadas voy
a pensar en los supuestos
años de servicio que
tengo que cumplir
para tener un misero papel
en blanco
que a punta de sangre y abusos
esperan escribir los dueños del cuartel.

Me tiene prohibido pensar
en salidas alternativas
alejadas de un modelo impuesto
por su santidad
que no hace más que repactar
mis deudas en la tienda,
su tienda, que nos distrae
del real peligro que hay allá detrás
de una cortina
es un teatro en la mierda del mundo
para controlar intentos de igualdad.

Si soy un robot exhausto,
me niego a continuar;
¿estás dispuesta a desconectarte
para poder escapar?
No es una muerte, es mucho más,
estamos juntos, pero no existo.

Es un capítulo fugaz,
capítulo especial,
un bus chocado, un paradero
del lado contrario
al tránsito lento de tu cuerpo
espacial, drogado por pastillas
de un doctor perverso
que es parte del mismo problema
un soldado
que no hace más que importar
mortales enfermedades.

Si soy un robot exhausto,
me niego a continuar;
¿estás dispuesta a desconectarte
para poder escapar?
No es una muerte, es mucho más,
estamos juntos, pero no existo.

lunes, agosto 15, 2011

Quizás a ti

Perdido en cierto espacio de la soledad,
las puertas cierran ante lo que
creo que ha de llegar;
no hay puntos que terminen
frases tontas para conquistar,
quizás un mundo, quizás a ti,
quizás a ti...

Si es cierto el sueño,
si es cierto lo que dijo
al final de un libro abierto
ensangrentado sobre estatuas de metal.
No existe el tiempo en horas críticas
de larga solución,
te rapto un poco,
te devuelvo después de un intento por conquistar
el mundo, el mundo, el mundo, el mundo.

Tú eres el mundo,
tal vez en paralelo;
yo soy el mundo.

Somos el mundo.

Camino por las calles
sucias de una región fatal,
está todo devastado.
Sin tener fuerzas sigo al frente
de una triste sociedad
que con mi espalda inventamos
quizás un mundo, quizás un mundo,
quizás a ti...

Si es cierto el sueño,
si es cierto lo que dijo
al final de un libro abierto
ensangrentado sobre estatuas de metal.
No existe el tiempo en horas críticas
de larga solución,
te rapto un poco,
te devuelvo después de un intento por conquistar
el mundo, el mundo, el mundo, el mundo.

Somos el mundo...

No hay más que una sola nación,
no somo más que dos;
somos el mundo,
quizás un mundo,
somos el mundo,

quizás a ti.

Casa

Viajo, de frente las piedras,
al lado tu mano me suelta al caer.
No sé por qué estoy sangrando,
mi cara hecha trizas se envuelve en papel.

No hay que culpar las luces
cegadoras.
No hay que empezar.

Pierdo tu rastro un segundo,
me pierdo a mí mismo, no sé sonreír;
siento que solo un tiempo
me basta a mí mismo para percibir
que ya no basta con fingir

No es tiempo aún de ser feliz.

Miento aunque valga la pena,
no entiendo los libros que van a evaluar;
son elementos ajenos
que no he preparado para profanar.

Es tu culpa hoy día
que no esté presente en mi funeral,
si te pedí que te fueras
no era difícil ver que no era verdad

Pero ya quedé enterrado aquí,
fue la promesa que rompí.

domingo, agosto 14, 2011

No es fácil asumir que se está mal

Le prendes fuego al presente,
le prendes fuego a mi estructura normal,
la tranquilidad de no saber vivir,
la persecución de un perdido saber.

No, no hay nuevos soles,
no hay nuevos horizontes
en este olvidado paso,
en este extraño lugar.

Lo que menos necesito es que duden,
que me dejen, que me suelten,
que no responda...
no estoy en condiciones.

Profundiza algún atisbo
de querer más,
de querer algo, de esperar todo,
tengo algo pero no soy feliz.

Ahora que lo pienso
sí fuimos traicionados,
pero a ellos no parece importarles.

Responde, incentiva...
No valgo la pena,
no soy premio de consuelo,
pero

viernes, agosto 12, 2011

Diario

Mantengo firme una posición,
no he dormido nada,
al ritmo del café,
al ritmo de calaveras,
al ritmo de un juego de antaño,
de un ratón que me odia...

Siquiera es una plaga,
siquiera sabía lavar ropa,
siquiera usaba antigrasa,
siquiera secaba el tendedero.

Ahora sí, busco ver amanecer.

Iluso, lo sé;
de aquí no veo el mar,
no hay mucho que ver.

Recién estaba por allá,
moría de frío, lo sé; gran idiota,
pero no estaba solo;
felizmente no estaba solo.

Y sí, de hace un tiempo
ya no me acomoda tanto estar solo,
siendo solitario y reservado,
por querer serlo,
tenía más de un motivo
para salir del nido.

Sigo solo, tal vez no tanto,
pero sigo solo.
Y puta la wea, me carga eso;
pero qué se le va a hacer,
no creo en el destino,
tampoco en la suerte
(aunque iba a jugar un loto
y patalié porque se lo ganaron),
pero sí en las personalidades,
sí en lo que uno forja,
y en eso fallo,
ya no es solo una sucesión
de problemas casi aleatorios
sin solución aparente;
claro, para un ciego
no acostumbrado a usar otros sentidos,
quizás.

Ella se fue a Alemania,
me dijo que todo era porque yo quería,
más grave entonces;
sabia es ella, más que yo,
lo sé.

Ella sigue llorando
esperando algún consuelo,
pero ese es el problema:
toda la vida controlando,
no partiste con la soledad
que es la base de lo demás;
partiste al revés Benjamin Button:
Si algo está lleno
es porque antes estaba vacío.

Ella sigue acompañada.

Ella no cree que él se va.

Él se va feliz de la vida.

Él crea grupos, se siente realizado.

Él parece haber cambiado.

Ella parece ocultar un sentimiento.

Ella es sensible,
pero no comprende muchas cosas.

Yo no hago ni una mierda.

Sí, quisiera estar con ella de nuevo,
la mujer de hace un par de horas;
aquella que hace renovar las horas,
que hace diferenciar las horas unas de otras,
la mujer que puedo mirar por mucho tiempo
y no me aburro, porque veo muchas cosas a través
de dos ojos, tus ojos pues;
¡y sé que no te gusta!
ya, perdón.
Y que tanta weá también,
te seguiré viendo,
tengo libertad de visión, creo;
y no estás sola,
tal vez si estuvieras sola,
si hubieras estado sola
quizás yo no estaría solo;
pero no es así,
y puedo respetar acuerdos,
ah, que mierda; puedo obedecer.
Y son las siete, muy lúcido,
una lata cerrada al lado,
sin ánimo de polemizar, insisto,
sin ánimo de polemizar
pues por fin veo la mañana.

Despertó el ratón,
hoy no me mordió.
Bueno sí, unas cuantas horas atrás.

Te quiero,
ocupaste varias líneas;
no es un gran premio, lo sé;
lo sé, lo siento...
pero vale bastante para mí.
Vales bastante para mí.

Y cocino como las wéas también.

Globalización

Se imaginó al otro lado del río,
del lado del oro,
del lado del dueño,
de la minoría protegida.

Veía películas donde
el niño adinerado apoyaba
al niño del otro lado del río,
leía novelas,
noticias donde decían que pasaba;
la realidad era muy distinta.

El filtro de cloro
estaba del otro lado,
el lado navegable,
el conversable siquiera.

Del lado del no catalítico,
claro... estos son los que contaminan.

La modernidad del otro lado,
la globalización en la puta
más grande de la población,
mil cabezas por su cosa,
su problema, dirá.

Vaso

Dulce no lo es tanto,
pero aquí estoy;
sin cariño, solitario, sin comida,
con música y sin televisión,
con represión, depresión,
ideando planes que fracasarán,
y no es por no tener confianza,
sino que sé que están mal planeados,
fruto del ocio, de una constante desesperación.

Tal vez no te importa ahora,
tal vez las palabras de consuelo a flor de piel
las tengas para intentar hacer sentir bien
pero no mucho más de eso.

Levanta los vasos
que hoy brindamos por nosotros.

No importa si vacío yace el vaso,
al menos imaginemos un veneno para morir.

Pero del otro lado ver

Camino a la luna,
buscando amanecer en algún lugar,
buscando amanecer,
ver amanecer.

Tal vez permanezca atento
buscando señales, atado por mientras
a un estado inconsciente de errar
constantemente, por fortuna.

Perdido en curvas y cuestas
algo peligrosas...

Cobrar impuestos nunca fue tan fácil,
pero te puedes cagar esperando
a que te dé un misero billete;
no caigo en tu sistema,
y aunque sé que te robo
me gustaría eliminar de una vez
este enemigo de un par de meses.

jueves, agosto 11, 2011

Errante

Buscamos soluciones alternativas,
para no teñirte de enemiga,
salidas, salidas;
sin sentidos, culpabilidades,
sobreprotección.

Caminaba por debajo de la cordillera,
cruzando límites
que no conocía, que no me trazaba.

Volaba bajo,
creía que por la atracción,
pero más que eso,
fue un mal piloto;
dejó que la prueba fuera profesional.

No pasó a segunda, menos a tercera;
se quedó en primera,
impulsado a chorro por otro artefacto
dejó una velocidad irrisoria,
sabía que caería a pique en poco tiempo...
y eso pasó.

Pero ni a él ni a nadie le importó,
siguió errante debajo de la cordillera.

Invierno

Con la puerta abierta
esperando a botar el olor
que quedó de ella,
que quedó de la última vez que pude comer,
disfrutar del último bocado
de inutilidad.

Con la ventana abierta,
a ver si es que algunos pisos abajo,
a una velocidad coherente
y con impulso decente,
puedo encontrar solución definitiva,