Su única gracia era que
se creía el hombre siendo que era un niño,
siquiera un niño, una guagua.
Su inmadurez y su obsesión simpática,
sus ataques tan estúpidos como vanos,
sus estrategias sacadas de juegos de pc,
sus historietas ahogadas en
romanticismo barato y fácil.
Su única gracia era que causaba gracia.
Con sólo nombrarlo se llenaba de vergüenza,
con sólo nombrarlo se siente maduro.
Su compañero, fiel compañero,
ahora vuela en lo inmoral.
Amigos en lo inmoral, o algo por el estilo.
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