Simplemente es un llamado desesperado
a un cambio de aires, a un cambio de forma,
lugar y conformación de elencos.
Desarmar un par de casas
para construir una más grande,
aunque suene egoísta
y aunque probablemente sí lo sea así.
Por enésima vez se acostumbra
a pescar los peces protegidos del lago.
Después de todo
le cuesta mantenerse de pie
y busca un apoyo.
Después de todo
le cuesta cuidarse y busca ayuda
y cariño.
Después de todo
no quiere estar solo.
Y ahí nos explica un par de cosas,
su desesperación y su grito de auxilio
son tan mudos
como sordos son los destinatarios
más necesarios y primarios...
hasta obvios.
Dice que cambia, dice que aprende;
que necesita, que busca con y sin afán..
Es peligroso y hasta obsesivo,
en su búsqueda por salvarse
de un oscuro o nulo reflejo,
en una búsqueda por salvarse
del destino que el cree más ineludible.
Se le acaba la paciencia
y deja de regar.
Pero lo hace a propósito,
esperando que alguien venga
de la nada y riegue por él.
Y sigue impaciente,
entonces en el temor
de que se pierda la semilla
riega de nuevo.
Se desespera,
pero no sabe que aún así sobrevive.
Está ciego, no se siente ciego.
Busca en la niebla
y al otro lado hay claridad.
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