Tu cara de dependencia,
de diente de leche
no la soporto, siendo que no es leche
sino vicios, cientos de vicios
esparcidos en tu casa, en tu baño
y en tu cama, si es que tienes cama.
La misma donde dormiste
con cientos de mujeres.
¿Recuerdas aquella que yo recomendé?
No, no era mujer.
¿Lo recuerdas?
Y si no te conozco,
no tienes cama y no era lo que esperabas
qué mierda haces entonces
a las 3 de la mañana aparentando estar presente
en tu noche de lujuria, de éxtasis,
de plásticos cementerios,
de bolsas biodegradables que te frenan.
No amas la naturaleza,
harías lo posible por destruirla
sólo para hacernos sentir mal.
No amas a nadie, pero viven cayendo tras de ti
cientos de moscas
que te prefieren a ti en la totalidad de su día de vida.
¿No haz visto ese acto de amor?
¿No haz tenido con ellas?
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