viernes, octubre 24, 2014

los accidentes

me gusta cuando los accidentes
opacan mis instintos suicidas,
y la gente que llora en cada una de mis muertes
cree que es una lástima
que todo haya terminado así.

Es como el último engaño posible,
yo ya me fui, eso ya está claro,
pero no fue mi culpa,
o tal vez sí, no lo recuerdo.

Ni siquiera sé si me gusta de verdad
o me decepciona levemente
no haber sido capaz siquiera
de llevar a cabo
el único derecho
que pudo depender de mí:
mi muerte.

No, en realidad no me gusta,
resucitaría y planearía un plan de extinción
eficiente, que nadie se culpe,
que todos queden tranquilos...

pero para entonces
al haber vuelto me habría enamorado otra vez,
y tendría una segunda idea
de supervivencia
que prefiero no juzgar.

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