miércoles, octubre 29, 2014

Aún no hablan de amor

No tengo problema:
se besaron,
todo parecía muy pauteado,
pero no podían acordar
más naturalidad. No así.

Se frenaron un poco,
uno prendió un cigarro,
no recuerdo cuál ni quién,
el otro no fumaba,
pero no fue incómodo.

Las bocanadas parecían
ser un segundo aire,
el punto tóxico
necesario para empujar
un poco a la lujuria,
de acordado menosprecio
hasta su tradición,
pero se deseaban,
y mucho.

Ya sin ropa,
el pudor se encargó
de alejarse por su propia cuenta,
hoy es otra cosa,
y creían haber entrenado lo suficiente.

Tantos toques exactos,
puros, naturales y torpes,
marcaron, por fin,
un orgasmo;
tan hermoso como efímero,
pero qué más da,
si de tanto porno
ya se olvidaban
de quién los
acompañaba.

Y de tanto porno
volvieron a verse.

Aún no hablan de amor,
pero sí se satisfacen
con un bien
buscado y manipulado por igual:
la sinceridad

No hay comentarios:

Publicar un comentario