¿por qué?,
entonces...
caminamos,
luces varadas
en algún
recuerdo bonito,
de colegio.
Las chiquillas
con sus jumpers,
los hombres
escondiéndose
de las chiquillas
para no
evidenciar
sus erecciones...
eran buenos tiempos.
Los clásicos
eran
los mismos
de siempre.
Nuestros himnos...
no teníamos
himnos,
al menos
no alguno
diferente.
Entonces...
ahora caminamos,
creo saber
que querría
pasar
por eso
otra vez.
Ahora sí
propasarse,
ahora sí
soltarse,
ahora sí
que no,
ahora sí
que no te hueveo más.
No fueron los ochentas
ni los noventas
ni los dosmiles,
fueron los caminos.
Las luces
siguen
varadas.
No
hay faros.
Luchamos para que no hayan faros,
podemos ver las estrellas.
Soy una de ellas
(la más lejana, oculta
silenciosa, apagada
y menospreciada).
Mentira, oh,
si al final
un punto blanco
lleva mi nombre
en el techo
negro de mi pieza
verde.
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