No es problema de insistencia,
y mucho más que un golpe de inocencia.
Conocer y saber la verdad,
si supieras que hoy vengo a ahogar...
Florecer mirando la Luna,
y tú eres la luna;
y aquí es noche todo el día.
Soy mi único habitante,
y no cambia de estación.
Y aburre ese letargo
de abandonado placer.
Acaba tu infinito cuando comienza el mío,
contradicción de predestinados universos paralelos,
destino de lejanía.
Muevo el tranvía de emociones
y cae a ningún lado
al final de la ruta.
Florece mirando la Luna,
y tú, tú eres la Luna;
aquí es noche todo el día.
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