Si se es rehén
de poderes asociados,
no hay más que esperar
la fianza divina.
¿Vamos a esperar?
La tierra es de nosotros,
nosotros somos la tierra.
La sangre unida
es más letal que cualquier fuerza.
En marcha al infinito,
crece hermano;
en nuestros platos
caerán las estrellas de papel
que creímos ver
en un añejado paño azulado.
Con mártires en el alma,
flotaremos en confianza,
que la tierra es de nosotros,
que nosotros somos la tierra.
Ya no aguanta más
el elástico de oro,
que manejan ellos mismo,
juzgando nuestros deseos.
Más que 5000,
más que un ejército,
somos sólo uno
buscando el real cielo.
Juguemos nuestras cartas,
no los juegos del capital.
Que la tierra es de nosotros
que nosotros somos la tierra.
Que no se escuchen llantos,
que se cayen las promesas,
que de obras vive el hombre.
Que entre hermanos renaceremos.
Cantan niños y mujeres,
Canta flora, canta fauna.
Cantan el canto Universal
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