Cadena de promesas,
un eventual interés,
una vuelta de carnero,
una revista Cosmopolitan,
los test mientras estás en el baño.
En un segundo algo se rompe,
luego todo se rompe.
Que nazca y rompa bolsas
sin avisar, un hijo cualquiera,
humanoide,
reptiliano,
angelito,
cualquiera.
Que nos dé miedo,
para que no hagamos nada
y todo a la vez.
Que nos controle a todos,
que los profetas de la tele
nos dejen de huevear.
Que construya pirámides
en Chile,
y que recuerde que deben ser antisísmicas.
Que nos azote
en el piso
y que nos guste.
Que experimente con nosotros
y sus partes más ocultas,
atrás de toda esa parafernalia.
Da lo mismo quién nos mande,
lo haremos igual,
al menos ahora tendrá más sentido.
Mucho más sentido
que la democracia.
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