lunes, diciembre 16, 2013

los pulmones, 3

Hoy nos prometieron
que habría comienzo.

Nos citaron temprano,
ya no recuerdo donde alojamos,
creo que ni alojamos,
tuvimos una especie de trance,
pero fue divertido.
No podíamos imaginar
algo más allá de lo que
ya habíamos visto, era demasiado.
Bastante.

No hay jefe acá,
al menos eso noto,
hay desorden,
pero se avanza.
Las células se amontonan,
no forman nada aún,
pareciera ser que les faltan.

Nos miran,
podemos servir,
dijimos claro que sí
que sería un honor,
nos preguntaron si estábamos seguros,
que no era un universo paralelo,
que ya no estaríamos en ninguna parte.
Dennos el favor de despedirse
de todo lo que alguna vez
fue nuestro
y nada más.

Entonces sonrieron,
o eso supusimos,
no tenían formas definidas.




Colores vírgenes,
los ojos se hacen pequeños
ante tales dimensiones.

Siempre nacen nuevos universos,
son empollados en las ideas ridículas,
se alinean a la cuadrícula,
son infantiles.

Prometen romper las barreras
de sus vecinos.

Nubes rojizas y su polvo estelar,
agujeros agrupados hambrientos,
cráteres juveniles,
géisers con mil colores,
gases con olores cautivantes...
el primer acorde fue uno mayor,
alegre y poderoso
todo el proceso continuó con rapidez,
la luz ya quedó corta,
el sonido es el reinante.

Al día siguiente las estrellas
fueron las ninfas,
las lunas se presentaban
como las odaliscas protectoras,
y todo fue armonía.



Somos parte de todo.
No supimos como definir
en lo que nos convertimos...
preferimos decir
que fuimos
todo lo que nos imaginamos,
y no es poco.

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