En cinco minutos llegamos,
gritamos por la micro,
porque somos bacanes.
Por un momento
dejamos nuestro status de lado.
Pusimos nuestros celulares
con pantalla táctil
a todo chancho,
y sonaban babasónicos
blur y algo de mars volta,
para darnos poder
ante tanta gente,
alguno caería.
Ok, no eran con pantalla
táctil, pero eran los primeros
con reproductor mp3.
Llegamos como en diez minutos
al final,
la micro tenía esos tubos halógenos
bien chulos, pero que prenden,
al final el chofer como
que se aburrió
y puso algún asesino de la bachata
[sí, de la real bachata]
más fuerte que nosotros
y nos rendimos
porque no somos tan bacanes.
Pero llegamos al local,
partió a puro pearl jam
y soundgarden, así que
nos aclimatamos rápido,
ya no eramos los más bacanes
o quizás sí, pero como todos
los que estaban allí
y nos volamos
y hasta ofrecieron líneas
pero aún no soy
tan bacan,
sólo somos los bacanes.
no es ninguna crítica, me encanta ese modo de vida, aunque no siempre llegue a que ese sea mi nirvana,
ResponderEliminarsomos los bacanes, pero no somos bacanes; los bacanes altos no se jactan de serlo, pero no son tan felices