Guarda arena en las rendijas
del cuaderno,
donde sea que vaya,
nunca encuentra nada.
Se pasea en playas
abatidas por piratas,
como escarbando su suerte,
buscando oro.
Por siempre anarco,
no quería más que aprobación,
su consecuencia se encontraba
en las páginas que obvió.
No es culpa de él.
Bueno, sí.
Al menos llevó
parte de la arena a casa.
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