¿Problemas a lo lejos?
Yo en lo más profundo
de mi nave espacial
viajaré hacia la estrella
que suele iluminar,
excepto hoy, que enojada
se escondió tras una nube,
no de algodón,
sino del más rancio rencor.
Pido perdón, pido perdón.
Rezo por mi alma en pena.
Y si lo hago, no creyendo
pienso que no queda otra,
pero tengo que salvar
entonces al planeta
que comienza a ser deforestado.
Bien, ahora creo.
Quizás es conveniencia,
así lo cree, Señor;
caiga en mí, entonces,
las cenizas de lo que
solía ser, queme y plante
nuevamente.
Y si reencarno en una
planta no legal...
eso ya no es mi culpa.
Algunos lo llaman destino.
Buenas tardes Houston.
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