No me gustan las rejas,
no me gustan las murallas
de ladrillos, ni de cemento.
Atenta contra nuestra propia identidad,
nos vuelve egoísta
y encierra en la más absoluta
y confortable soledad.
Y se masturban todos con la soledad.
La inseguridad reina,
la violencia abunda en los medio
y vemos todos los mismos medios.
La privacidad empezó a ser necesaria
cuando empezamos a invadirla
y cuando dejamos que eso pasara,
no respetamos a nadie,
no imponemos respeto...
No me gustan las rejas,
pero estando todos con pulgas
son necesarias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario