Problemas te caen,
no soy Dios para juzgar
ni abogado para denunciar,
mas, soy yo mismo
y mi voluntad abre pasos
agigantados hacia el alma
de un verde y hermoso bosque,
florecido, ideal, tranquilo
y ferozmente arrasado, triste
que el egoísmo progresivamente
quema.
Y arde incesante e inclemente
y no vuela el agua que en auxilio
esperas.
No soy Dios para juzgar,
mas soy yo mismo
y me doy cuenta que no mereces
ni la quinta de este acto
infame e innecesario,
no lo mereces,
pero no puedo esperar
la supuesta justicia
ni al karma ni a la suerte.
No puedo.
No soy tu Salvador,
menos un príncipe azul.
Y aunque quiera o pretenda serlo,
Lo sabes y lo sé.
No quiero sentir tus lágrimas
caer por tu dulce rostro,
pero tampoco quiero que ocultes,
que actúes esa ausencia.
Solo espero que tu creas
y que sientas que querida,
no estás sola, estás conmigo.
Que te quiero, que eres adorable
y que me ayudes a ayudarte.
Tanto eres, tanto eres
que sólo basta ahora
que lo entiendas, convéncete
de que lo eres.
Que muros hay, pero no logran
dividir ni esconder
miedos y fobias,
Que muros hay, pero son
todos destructibles.
Y se que puedo,
porque quiero.
Porque te quiero.
Creo que debes solo pensar si vale la pena contarle tu secreto, a veces es mejor no hablar....un día habrá alguien que te pedirá estos poemas...
ResponderEliminaragua que no has de beber, déjala correr...