Ante las extrañas circunstancias

A muchos kilómetros al Norte, en Caracas, Venezuela , está internado Gustavo Adrián Cerati Clark, de 52 años. Músico argentino, trascendental en la música del continente, a pesar de las variadas e incluso irrisorias críticas que recibió en su propio país.
Un accidente Cerebrovascular, prácticamente un infarto cerebral, que mantiene en vela a mí y a cuanta persona le llegó su música, sea en Soda Stereo (leyendas) o en su carrera solista, ascendente e innovadora, sin caer en los productos del dinero fácil, reinventándose como el sabía y llevando su imagen cada vez más arriba.
Comentario personal, sobre un músico que marcó mi vida en cuanto a estilo e instrumentalización. Y aunque quieran creer en un comentario homosexual, no está ni cerca de serlo, ya que no representa mi manera de ser ni mi línea social o personal. Marcó mi vida, ya que fue el impulsor indirecto de mi corta vida (hasta ahora) ligada a la música, en cierta medida.
Como olvidar mi infancia con canciones de fondo de hasta ese entonces 'desconocido' Soda Stereo. Mi inocencia creyendo saber las letras de Persiana Americana y Música Ligera. Como no recordar el 2006 buscando como loco en internet el 'Ahí Vamos'. Crimen y Adiós, las canciones más marcadas, que escuché en ese entonces en la 'FM2', radio con tendencia romántica, representando por entonces a lo oscuro de mi alma, que refugiada en 'mamonerías', buscaba seguir adelante en problemas que daban risa y pena, en vez de esperanza y lucha.
Recuerdo mis primeros pasos, mis primeras palabras con la guitarra eléctrica, creyéndome un Rockstar tocando La excepción. Las tardes de lluvia escuchando Al fin Sucede, Caravana, Uno entre 1000 y Me quedo aquí. Imposible de borrar Lago en el Cielo, que hasta dediqué en alguna ocasión, posteriormente Médium y el resto del disco, que me encantó y me encanta hasta el día de hoy.
Corría el 2007, Cerati tocando en Viña, mis anhelos apagados por la eterna flojera y egoísmo de no ir. Avanzaba el año y Soda volvía. Otro sueño casi incomprendido por ese entonces, ya que no conocía más allá de 10 canciones. Los ví volver (por el DVD) y Soda Stereo pasó al Nº 1 de mi ránking personal. Separación, sed otra vez. Apagada por la dulce audición de Bocanada y Amor Amarillo, y la incríble experiencia de Episodios Sinfónicos, un viaje-fusión a lo desconocido y muy conocido, pareciéndome sorprendente tal resultado.
Puente, canción que marcaría los 2 años siguientes. Una especie de locura inspiradora, de una canción que me impulsaba sin impulsarme.
2009. Fuerza Natural y madurez suficiente como para saber que es bueno y que es malo. Conseguí el disco en chilecomparte, a los 2 días de haber sido lanzado, escuchándolo desde entonces y apoderándose de mi análisis. Extrañamente inolvidable, profundo y complicado, sin ser algo que me volviera loco, fue un disco que se adueñó de mí sin autorización ni objetivos preliminares. Aún me arrepiento de no haber ido a su concierto, Diciembre. Tuve la posibilidad y la desaproveché, teniendo miedo de perder la 'gran' gira de estudios a Bariloche, en donde, a modo de 'compensación', compré FN.
Tuve la posibilidad de cambiar mi lado incríblemente idiota en materia de espectáculos públicos y hoy sufro por una gran pérdida musical hasta ahora. Viendo noticias a cada hora, actualizándome. Preocupado como nunca por una figura pública, Cerati no puede morir.
Sé que no soy el único que piensa igual que yo. Sus letras y acordes marcaron mi vida, y hoy intento resucitar su cerebro a la distancia, con homenajes personales y esos antiguos rezos, comunicadores de esperanza, fe, lucha, cariño y dependencia. Dependencia a esa música que hoy suena fuerte en mi mente, fuerte en el mundo, pero apagada por no ser dirigida por el Jefe de obra.

Fuerza Gustavo!