Dulce no lo es tanto,
pero aquí estoy;
sin cariño, solitario, sin comida,
con música y sin televisión,
con represión, depresión,
ideando planes que fracasarán,
y no es por no tener confianza,
sino que sé que están mal planeados,
fruto del ocio, de una constante desesperación.
Tal vez no te importa ahora,
tal vez las palabras de consuelo a flor de piel
las tengas para intentar hacer sentir bien
pero no mucho más de eso.
Levanta los vasos
que hoy brindamos por nosotros.
No importa si vacío yace el vaso,
al menos imaginemos un veneno para morir.
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