Con la puerta abierta
esperando a botar el olor
que quedó de ella,
que quedó de la última vez que pude comer,
disfrutar del último bocado
de inutilidad.
Con la ventana abierta,
a ver si es que algunos pisos abajo,
a una velocidad coherente
y con impulso decente,
puedo encontrar solución definitiva,
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