continuamos toda una vida
nos paramos todas las veces necesarias
y nos dolía más que la chucha,
entonces llegábamos a lidiar con el cansancio,
con el silencio incómodo en el resto del día,
con querer contarnos todo
y llegaba el sueño,
y nos quedábamos dormidos.
Y nos decíamos que nos amábamos
porque nos amábamos.
En algún momento de la noche nos abrazábamos
inconscientemente.
Algo de ese abrazo nos decía
que no importaba,
que no es pasado
o sea sí
pero no es pasado,
no para y mejora
sufrimos porque vemos sufrir,
por tener los ojos abiertos,
por darle emoción a la vida.
Así nos vamos constantemente.
queriéndose, abrazándose, besándose
en el suelo, mientras el resto
inmenso resto
camina, mira para otro lado
a veces cenamos en ese mismo suelo,
todavía sucios,
lagrimeados,
desesperanzados,
disgustados, decepcionados
pero nos levantamos para dormir más cómodos,
para saber que hay algo que contar.
O un episodio repetido
para comentar
y para esperar el momento preciso
donde nos reiremos.
Y sabemos que odiamos muy bien en conjunto.
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