Es curioso que la primera frase soltada
fuera un
'se acabó',
no hay mucho más allá después de eso,
hay excusa suficiente para no seguir hablando.
Lo miró en un punto débil,
sabía que la paranoia siempre lo invadía,
y que siempre la primera opción a soportar
era un hipotético final.
Lo sabía así
y fue más rápido,
el instinto suicida se apoderó
más rápido que la luz en él.
Más atrás, el sonido,
el dulce que intentaba convencerla
de que no se fuera.
Era amante del sonido...
y era un buen sonido,
pero la impresión llegó primero
y se impresionó,
y por dentro huyó años atrás,
en un cuarto oscuro
sentado abrazando sus rodillas,
sin saber si lloraba o si estaba muerto.
Logró atajar todo por un momento,
pero ya no había nadie.
quiso correr,
pero ya no había nada.
Tal vez ella tampoco lo pensó bien.
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