A las 10, y de repente
deja de escuchar, corre
a exigir,
como un vuelco,
y potenciado, y de repente,
potenciado y huye.
Y, por ende,
como en prendas menores,
vulnerable y potenciado,
ahora, y de repente,
ahora, y por ende,
ya no está.
Dejó de ser permeable
y de repente, cuando pierde,
recuerda recepcionar, ahora,
y de repente, juega
de pequeño a ser pequeño,
y no hay certezas,
le es extraño,
y de repente, ahora,
y por ende,
cae y tropieza,
y no es su suelo, pero cae
y tiene miedo,
y no es suelo;
se evapora.
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