Ayer soñé, en vano nuevamente,
me paralizaba y esperaba
que llegara toda esa pandilla
de ángeles que me prometieron.
Y, como en la vida real,
nada ocurría.
Entonces mi mundo onírico
está siendo igual o más penca
que mi mundo real.
¿Y de dónde mierda sacamos tanta mierda?
De todo lo que queremos ver.
De todas las tetas que
preferimos antes de vomitar de placer
por chupar arcoiris, siquiera;
de chupar leyes y cagar políticos;
de todas las hueás inútiles
que quisieramos tragarnos.
Cualquier cosa que nos haga mal,
que a los sueños les venga bien;
que siquiera esa mina rica
te corra una paja,
para que 'cambiar el mundo'
valga la pena.
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