Jugaron un rato, se abrazaron,
se juraron amor eterno y enterraron
su promesa en el patio de adelante;
era tema de tocar la reja y recordar.
Era menor, era menos.
Y cuando entonces pasa el tiempo
y cuando entonces los relojes quedan obsoletos
y la tierra se seca dejando al descubierto...
los sentimientos siguen siendo igual de inexplorables,
y solo ellos se pueden sacar en cara
la letra chica.
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