En ese momento en que
seguir implica fingir interés,
sentándose en una banca
a reposar para atacar
una librería, a buscar
libros y motivos poseídos
ajenos a mí.
En esos momentos en que
cuesta motivarme, donde la
coronación no mueve
ni un músculo de emoción
de un cuerpo que aparenta
estar inerte en la comodidad
de su cajón: su cuerpo
contaminado, que conduce
Hacia la muerte.
definitiva muerte,
fugaz y tenaz;
presenciada muerte,
en un mercado negro,
en una industria académica,
donde encuentra a
alguien que persigue lo mismo:
nada aparente.
¿Y dónde es que logramos
llenar esta expectativa?
La pasión y la hoguera,
la cocina y la cajonera;
a la industria no la para
un policía, menos un hombre consciente…
A él busca poseer.
Y no jugamos a lo perfecto,
juzgamos lo irreal, sin embargo.
Pero aún las calles
se llenan de turistas…
Mas no creo ser el único despierto.
Tal vez soy el único soñando
todo lo malo.
Vienen a comer aquí,
donde todo es sucio,
pero no es artificial.
Persigue lo natural.
Y yo escribo sin desear,
acabando de almorzar
el hambre posee al hombre
a buscar su identidad.
Y ya posee identidad,
entonces lo posee para poner
en duda su seguridad;
que pueda confiar.
Hay gente que si no se golpea
no sabe que vive.
Tercos abundamos,
tuercas faltan.
Pero no somos máquinas…
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