martes, febrero 23, 2016

Entrando al túnel

Cuando dio sus últimos pasos
pensó justamente en eso,
en lo último
y lo efímero
de un momento
a sabiendas,
sincero sin duda
pero forzado a disfrutarlo.

La vida le ha enseñado
que la paranoia
te destruye
y el engaño que no se conoce
te humilla
y te mata a escondidas
cambiándose el nombre.

Ya entrando al túnel
decide su último deseo;
lo piensa, lo mastica,
trata de armarlo:
una última verdad
o un cuento que me empuje
a la sonrisa
fugaz y eterna a la vez

o pensando en esa última impresión
la que le deja a su círculo.

¿Un disgusto para enmarcar
la culpa y conducir al arrepentimiento?
¿Una sonrisa cautivadora
que evoque nostalgia?

Finalmente,
cobarde o triste,
decide sólo irse.

Le quiso ser fiel a su
vida entera.

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