Hoy dormía mientras despierto
escuchaba a Liszt,
lo redescubría, pues
un sentido ya lo había conocido,
pero no hay primera sin segunda.
Fluía una luz, rápido,
como si en dolores mentales
las cavidades
dieran paso a una autopista rápida
hacia los pensamientos,
la infancia,
los recuerdos.
Ahora entiendo todo,
bah, si por tantos años
me dejé estar,
ahora recién vengo a darme cuenta
que la cagué.
Son 20 años,
no es nada,
la vida recién comienza,
y puedo cerciorarme y dar fe pública
de que es un éxito
a pesar de todo.
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